El destino tiene formas crueles de recordarnos que la corrupción, lejos de ser un error del pasado, sigue vivita y coleando en el ADN del frentismo. Y es que no hay otro modo de describir el regreso del exdiputado Daniel Placeres, un personaje que, con su desfachatez, nos recuerda que la ética y la honestidad son valores que el frentismo decide ignorar sistemáticamente. Placeres no es un advenedizo, es un protegido de Mujica, una figura que... + Leer noticia completa
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